JOSÉ , EL ESPANTAPÁJAROS
Después de aprender cómo crecen las plantas, Renata le pidió ayuda
a su mamá para hacer una huerta en el patio de su casa.
Durante unos días prepararon la tierra, sacaron las piedras y la dejaron preparada para la siembra.
En estos trabajos ayudó Julieta, la hermana menor de Renata, que es muy colaboradora.
En estos trabajos ayudó Julieta, la hermana menor de Renata, que es muy colaboradora.
Compraron semillas de lechuga y
espinaca en un vivero y las desparramaron con la mano sobre el cuadrado elegida,
después les pusieron un poquito de tierra por encima y ¡LISTO!.
Como viven en un lugar donde
abundan los pájaros las niñas quisieron asegurarse que ninguno de ellos
comieran sus semillas, por eso con su mamá decidieron fabricar un "ESPANTAPÁJAROS"
que tendría que ser muy, pero muy feo para que asustara a todas las aves.
Se pusieron en marcha para buscar
algo que les sirviera hasta que a la mamá
se le ocurrió una idea:
-Usarían una escoba…..¡SI!......la
enterrarían al revés, de este modo la parte de la paja se convertiría en la
cabeza del monigote.
El cuerpo sería fácil:- Pondrían una
percha enganchada de donde comienza la
paja de la escoba y con esto lograrían el esqueleto del guardián de la
huerta. Sólo faltaba adornarlo.
Para la cara trajeron una careta
de fantasma porque dan mucho miedo y arriba de la escoba pusieron un gran sombrero todo agujereado del padre de las niñas. En la percha colgaron un espantoso saco apolillado y
una bufanda roja.
Al muñeco lo bautizaron "JOSÉ" y pensaron que era mejor que no tuviera piernas .. ¿Para qué las quería si no iría a ningún lado?
Al muñeco lo bautizaron "JOSÉ" y pensaron que era mejor que no tuviera piernas .. ¿Para qué las quería si no iría a ningún lado?
En realidad les quedó realmente horrible,
pero como esa era la intención les pareció perfecto.
Todos los días las chicas iban a
ver su sembrado, nada en él se movía, todo parecía dormido y sin vida a pesar de ser regado todas las tardes con esperanza y ansiedad.
Después de una semana Renata pudo
ver con una lupa que se empezaban a asomar pelusas verdes del suelo, y a medida que las hojas comenzaron a aparecer sobre la
tierra aumentó la velocidad en que
crecían.
Cada mañana era una
sorpresa: las lechugas estaban cada día más grandes y lo mismo ocurría con las
espinacas.
Como crecían tan rápido esto empezó a llamar la atención de la madre que puso su mirada en la huerta de día y de noche.
Como crecían tan rápido esto empezó a llamar la atención de la madre que puso su mirada en la huerta de día y de noche.
En las mañanas y en las tardes las plantas no aumentaban su tamaño…. ¿Por
qué lo hacían de noche?¿Tendría que vigilar el sembrado de noche? ¡Qué trabajo!
Así lo hizo, una noche salió con
una linterna caminando despacio y cuando
se iba acercando a las hortalizas escuchó una suave canción. ¿De dónde vendrá? - Se
preguntó -
¡Qué susto se llevó cuando comprobó que el
cantor era nada más y nada menos que José "El espantapájaros"! Enfocó
la escena con la luz y pudo ver cómo las lechugas y espinacas se
movían al compás de las canciones que cantaba José mientras crecían.
¿Pero qué es esto?- Dijo en voz alta- El cuidador de plantas al hallarse descubierto contestó:
-Lo que pasa es que me ha gustado
mucho el trabajo de cuidar las plantas y a ellas les agrada que les cante, lo
hago de noche para que no se entere nadie. Ella se acercó al muñeco que parecía
que palpitaba y le sacó la careta.
Abajo se encontró con una bella
cara sonriente, el saco apolillado estaba ahora lustroso y planchado , digno de un gran señor.
A decir verdad José lo era, el amor que nació por sus compañeras de terreno fue tan fuerte que hasta le brotó un corazón seguramente producto de alguna semilla voladora que se instaló en su pecho.
A decir verdad José lo era, el amor que nació por sus compañeras de terreno fue tan fuerte que hasta le brotó un corazón seguramente producto de alguna semilla voladora que se instaló en su pecho.
Ya no te hace falta esta
careta,-Dijo mamá -¡Ha! también puedes cantar de día, te prometo que no
nos asustaremos ni que revelaremos este secreto a nadie.
A la mañana siguiente todas fueron a la
huerta, la señora explicó a sus hijas que el espantapájaros se había
transformado por el amor al
trabajo en un espantapájaros muy buen mozo y que por eso hasta le había crecido un gran corazón.
Las niñas estuvieron felices con este nuevo amigo, además ya no necesitan más de un monigote que aterrorice aves porque las semillas se habían convertido en hermosas plantas, pero puede que ahora estén por enfrentar un nuevo problema:
-A mí me parece que a José le están creciendo un par de piernas.........
Las niñas estuvieron felices con este nuevo amigo, además ya no necesitan más de un monigote que aterrorice aves porque las semillas se habían convertido en hermosas plantas, pero puede que ahora estén por enfrentar un nuevo problema:
-A mí me parece que a José le están creciendo un par de piernas.........
Adiana Helena